
Uno de los
mitos más extendidos es pensar que transpirar es sinónimo de quemar grasas. Sin embargo cuando una persona se ejercita, lo primero que pierde son líquidos. Después, a medida que el ejercicio continúa se queman el azúcar y la grasa pero esto no sucede antes de los 15 minutos de rutina.
No es aconsejable utilizar ropa abriga para transpirar más durante el ejercicio ya que el cuerpo necesita
ventilarse para no sufrir agotamiento. Además como un mecanismo de defensa, el organismo impide la pérdida de líquido para evitar la
deshidratación, lo que puede provocar hinchazón. Finalmente los
especialistas aconsejan tomar abundante agua antes, durante y después de la actividad física.
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