1º Tener una piel perfecta, que solo se consigue con un cuidado diario: dieta sana, mucha agua, adiós al tabaco y al alcohol y protección contra el sol.
2º Que esa piel pefecta esté completamente limpia. Antes de maquillarse, usar un limipador suave que no deje la piel tirante, que el rostro parezca relajado.
3º Aplica una hidratante muy ligera, que no sea excesivamente nutritiva ni densa.
4º Buscar la luz directa para que no te hagas sombra, pon el espejo a suficiente distancia para ver dónde están las zonas oscuras (normalmente, alrededor de los ojos, de la boca y de la nariz).
5º Métete en la cabeza que hay que dar la base poco a poco, en pocas cantidades y mezclarlo siempre a golpecitos, hasta que desparece. Para zonas delicadas como el contorno de ojos, usa la yema del dedo anular, ya que es el más suave de todas (porque la usas menos).
2º Que esa piel pefecta esté completamente limpia. Antes de maquillarse, usar un limipador suave que no deje la piel tirante, que el rostro parezca relajado.
3º Aplica una hidratante muy ligera, que no sea excesivamente nutritiva ni densa.
4º Buscar la luz directa para que no te hagas sombra, pon el espejo a suficiente distancia para ver dónde están las zonas oscuras (normalmente, alrededor de los ojos, de la boca y de la nariz).
5º Métete en la cabeza que hay que dar la base poco a poco, en pocas cantidades y mezclarlo siempre a golpecitos, hasta que desparece. Para zonas delicadas como el contorno de ojos, usa la yema del dedo anular, ya que es el más suave de todas (porque la usas menos).
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