Los estudios coinciden en que el consumo habitual favorece
la estimulación del sistema inmunológico. Como es un alimento “probiotico”,
proporciona componentes que disminuyen el riesgo de contraer ciertas
enfermedades.
Los griegos lo usaban para curar problemas de estomago e
intestinales. En la India era conocido como “dahí” alimento que se atribuhía a
los dioses.
Su clara acción en el sistema digestivo hace al yogur una
autentica defensa natural contra todo tipo de infecciones y enfermedades. Además
reduce el colesterol y permite absorber las grasas mucho más fácilmente, y
equilibra el intestino, controlando la diarrea y el estreñimiento.
También minimiza los efectos negativos de los antibióticos y
protege el estomago de la erosión que producen ciertos medicamentos.
El yogur se hace con leche, que generalmente se somete a un
proceso de fermentación y se le agregan ciertas bacterias o bacilos que hacen
que sea más fácil de digerir que la leche líquida.
Una idea es incorporarlo a tu dieta como postre, combinándolo
con cereales, frutas, granola o endulzantes sin calorías.
Tomate el tiempo de elegir el tuyo y conviértelo en habito.